Además de entrenar el cuerpo, la cabeza es esencial para conseguir un rendimiento óptimo en la competición o en cada salida...
Por: A. del Pino/J. L. Arce
La foto que ilustra este artículo corresponde a la llegada a meta del suizo Friskies en el Mundial de Les Gets 2004. Después de liderar la carrera, un problema mecánico le retrasó más allá de la sexta plaza, desde donde comenzó una épica remontada (e imposible para la mayoría de los presentes) en busca de la medalla. Y sólo una excepcional fuerza mental fue capaz de llevarle a remontar un puesto tras otro, y a menos de 200 metros de meta arrebatar el tercer puesto al belga Paulissen, cuando nadie daba un "euro" por él...
Ese poder mental, en este caso fruto de la experiencia de competir muchos años al más alto nivel, puedes desarrollarlo tú si sigues nuestros consejos. No te aseguramos que vayas a ganar una medalla en el Mundial, pero es posible que seas más feliz. Y eso también es importante, ¿no?
BUENOS PROPÓSITOS
A principio de año todo son buenos propósitos: "Voy a entrenar más que nunca", "este año quiero preparar tal cita", "a ver si me quito estos "kilillos" que me sobran"... Todo esto a más de uno nos suena ¿verdad?
Siempre empezamos con muchas ganas, en ocasiones demasiadas, que luego van desapareciendo hasta que por diversos motivos (lesiones, desmotivación, falta de tiempo o todo junto) dejamos pasar la ocasión. En este artículo os vamos a dar unas pautas que a todos los niveles os ayudarán a concluir con éxito una temporada deportiva. Presta mucha atención y sigue leyendo, que sacarás algunas buenas conclusiones...
Partimos de la base de que el deporte es uno de los mejores medios para llegar a un estado mental de equilibrio, en el que un cuerpo en forma y saludable permite vivir con más vitalidad y bienestar. Sin embargo, el entrenamiento deportivo puede provocar agotamiento y fatiga, no sólo físico, sino también mental, con efectos perjudiciales, que se terminan reflejando en el rendimiento y salud del deportista. Vamos a ver cuáles pueden ser los problemas que surjan, en ambas posibilidades, y cuáles sus soluciones.
Comencemos sabiendo qué entendemos por psicología deportiva. "Cuando las capacidades fisiológicas, las técnicas de entrenamiento, la intensidad de trabajo, alcanzan niveles máximos, la frontera última de la ciencia del deporte es la mente y es allí donde hace su aporte la psicología deportiva". Efectivamente esta afirmación sólo es aplicable para los deportistas que buscan el máximo rendimiento, y somos conscientes de que muchos de nosotros vemos el deporte de una forma más relajada o con la única pretensión de mejorar a nivel personal.
Pero recuerda que el deporte de élite es la cuna de la experimentación y, en la búsqueda del máximo rendimiento, se obtienen respuestas para todo tipo de deportistas: ¿Por qué nos lesionamos más o rendimos menos en época de exámenes, cuando hay problemas en casa, mucho trabajo, etc.? ¿Cómo puedo controlar mis nervios precompetición? ¿Por qué me cuesta tanto salir a entrenar últimamente? ¿A qué circunstancias está sujeta mi motivación?
SÉ REALISTA. En primer lugar has de valorar si el objetivo propuesto es viable. La disponibilidad de tiempo, el interés, la edad o los recursos técnicos, son limitaciones que hay que tener en cuenta. Tienes que ser justo contigo mismo y ponerte objetivos alcanzables dentro de tus capacidades y posibilidades. En torno a esto girará todo. Si apenas dispones de cuatro horas semanales para dedicarle al deporte, difícilmente podrás correr la Copa del Mundo "metiéndole el codo" a Hermida.
ORDENA Y PLANIFICA TU OBJETIVO. Desde el primer momento en el que decidas ponerte "manos a la obra", asesórate, bien a través de los conocimientos de un preparador físico o de bibliografía. Un entrenador evitará errores en tus entrenamientos y optimizará tus horas de actividad física, necesitando menos horas de entreno para obtener mejores resultados y así sabrá adecuar el entrenamiento a tus actividades diarias. Además hará las veces de psicólogo y será quien equilibre la balanza, siempre desde la objetividad.
Sitúa los entrenamientos más estresantes (generalmente de alta intensidad) en períodos y días alejados de las competiciones, citas importantes o situaciones que creas que puedan crearte tensión (reuniones, exámenes, viajes de negocios), para evitar que se junten dos períodos de mucha concentración (y fatiga) mental. Si no consideras conveniente el ponerte bajo las instrucciones de un preparador, infórmate leyendo libros o busca algún plan de preparación para mountain bike. Aunque no sea específico para ti, incluirá principios básicos que seguro serán mejor que entrenar "de cualquier manera".
DATE UN RESPIRO. Como continuación del punto anterior, debes programar períodos de descanso, no sólo físicos, también psicológicos. En esos períodos, realiza esas actividades que siempre quieres hacer (otros deportes, algún viaje, etc.) que entren dentro de tu período de descanso físico y que aproveches para mejorar tu grado de satisfacción personal. Si ves que tu modo de entrenar te hace entrar en un proceso monótono, añade más variedad a tu entrenamiento con actividades nuevas y distintas a las convencionales. El día antes de una competición intenta descansar, pero que eso no suponga un castigo. No estés todo el día observándote y comparando sensaciones porque lo único que haces es agobiarte. Distráete un poco dando un paseo, yendo al cine, pasando un día tranquilo en familia...
NO PIERDAS EL RUMBO. Todos coincidimos en "el que algo quiere, algo le cuesta", ya que el espíritu de superación es uno de los pilares del deporte, pero no hay que confundir el rentabilizar tus horas de hacer deporte entrenando correctamente, con sacrificar horas del resto de tu vida por el deporte. No permitas en ningún momento que tu meta te obsesione o genere en ti un estado de estrés, ya que esto te conducirá, con total seguridad, al abandono y fracaso del objetivo inicial.
MOTÍVATE A DIARIO. No permitas que el miedo al fracaso te desmoralice o te genere dudas sobre si realmente estás preparado o si ha sido una buena decisión "asaltar" tu objetivo. No te preocupes por el resultado final, sé siempre positivo y piensa que lo que hace grande y único al deporte no es la meta, sino los momentos experimentados en el camino. Si surgen complicaciones, piensa que ya recuperarás y tómate el tiempo necesario. Muy importante es no mirar el objetivo de forma total, ponte metas a corto plazo, semanales e incluso diarias.
VAS A SUFRIR. La capacidad de sufrimiento también se entrena y se desarrolla, piensa que el resto también está sufriendo igual o más que tú y de esa forma serás capaz de aumentar tus umbrales de esfuerzo. Es bueno pensar también en situaciones de crisis. Piensa que tus expectativas pueden no cumplirse y no por ello debes retirarte o dejar de pasarlo bien. Nunca olvides que las cosas no son como empiezan, sino como acaban. Puedes estar pasando por un momento malo, del que te repondrás. Adáptate a las circunstancias y lucha con los recursos de cada momento. Si adoptas esa conducta por sistema, cuando el rendimiento acompañe, serás un corredor muy "duro de pelar".
CORTA CON LOS PENSAMIENTOS NEGATIVOS. Busca frases, palabras, ideas o incluso imágenes que te hagan olvidar los pensamientos negativos y te hagan pensar en positivo. Deberás dar con estas "palabras mágica" cuando tu estado sea optimista y utilizarla habitualmente para que en los momentos malos se te venga inmediatamente a la cabeza. También puedes hacerte una lista de frases motivantes, que puedas leer en esos momentos de "bajón" o incertidumbre.
SÉ DISCIPLINADO. Es algo que también se puede entrenar. La disciplina ayudará a que tu autoestima aumente, pero recuerda que la disciplina hay que aplicarla tanto para los entrenamientos como para los descansos. Si sabes que eres "remolón" para salir en bici, trata de hacerlo cuanto antes, si lo vas dejando acabará pasando el día y no habrás salido a disfrutar de aquello que nos apasiona. Muchos pequeños esfuerzos acabarán sumando un gran resultado.
NO TE ACELERES. Si haces todos tus entrenamientos con orden y rigor, pronto empezarás a notar cambios satisfactorios en tu cuerpo y rendimiento. Es bastante habitual que ante este estado de euforia nos hagamos más descuidados en nuestros hábitos. Recuerda especialmente este apartado y, cuando empieces a entrar en forma, no caigas en el error del descuido, sigue entrenando con todo "el cariño" que lo has hecho hasta el momento, haciendo lo que toca, al ritmo que corresponda y realizando todo el ritual de recuperación diaria (estirar, dormir, etc.)
IMAGINACIÓN. Visualízate en el desarrollo de la prueba que estés preparando. Intenta imaginar todo tipo de situaciones: pasando por un mal momento, entrando victorioso, un momento de rivalidad, etc. La noche anterior a la cita, mientras trates de conciliar el sueño, repasa el recorrido (si es que lo conoces), pensando donde cambiarás, donde frenarás, por donde trazarás... Ese "hormigueo por la tripa" hará que mentalmente te prepares para la situación del día clave, con el valor añadido de que cuando llegue ese momento ya habrás hecho varios simulacros mentales e inconscientemente te resultará más familiar y convencional.
SIN PRESIÓN. La gran mayoría de nosotros no somos deportistas profesionales y por tanto no tenemos que rendirle cuentas a nadie... más que a nosotros mismos. Debemos jugar con este factor a nuestro favor para así disfrutar más de todo lo que involucre un acontecimiento deportivo. Si nos va mal, nadie nos lo reprochará y si nos va bien será una enorme gratificación personal. ¿Que te dierón ganas de brincar ese obstacúlo pasarlo encima de la bici aunque eso te robe tiempo?, hazlo, disfruta cada una de tus carreras al máximo
ACTITUD. La posición que adoptemos frente a nuestros rivales nos puede conducir al éxito o al fracaso. Si nos ven seguros de nosotros mismos, se achantarán, mientras que si nos ven débiles e inseguros, les estaremos dando ventaja. Aprende también a distinguir las señales que te transmitan ellos, para así saber como están respondiendo o como reaccionarán.
ESCUCHA Y OBSERVA. Mira a tu alrededor y analiza las cosas buenas y malas que observes en las personas que te rodeen. Quédate con las buenas y trata de hacerlas también tuyas. Aparta las malas y si hay alguna en la que te veas reflejado, y que te no te guste, procura corregirla. También es importante que escuches a quienes tienes cerca, ya que en muchas ocasiones te ayudarán a hacerte ver cosas que tú no ves.
A TU ELECCIÓN. La mente es lo suficientemente poderosa como para hundirnos en la miseria ó convertirnos en campeones. Tú puedes elegir tu camino, todo dependerá de cómo quieras enfocar tus pensamientos. Si aceptas un consejo; cree en ti, se optimista pero realista ¡¡Serás mucho más feliz!!
1 comentario:
Betetero, gracias por estas entradas tan enriquecedoras, es una forma de resumir por todo lo que pasamos los atletas que nos dedicamos al mtb xc, el sacrificio es grande..
Saludos
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