martes, 27 de julio de 2010

Dr. Primate: Ácido Láctico y Agujetas

Atravez de Vitónica
Artículos de Juan Lara y Delgado

Ácido láctico
¿qué es el ácido láctico?
El ácido láctico es un producto intermedio del metabolismo, principalmente del ciclo de los carbohidratos y deriva principalmente de las células musculares.
(medinePlus Americana Acreditación HealthCare Commission, URAC: www.urac.com).
El Ácido Láctico (C3 H6 O3) es una molécula monocarboxílica orgánica que se produce en el curso del metabolismo anaeróbico láctico (glucólisis anaeróbica).
www.biolaster.com

El lactato o ácido láctico, es un producto orgánico que ocurre naturalmente en el cuerpo de cada persona. Además de ser un producto secundario del ejercicio, también es un combustible para ello. Se encuentra en los músculos, la sangre, y varios órganos.
www.entrenadoronline.com.ar

Dejando de un lado temas que no nos interesan, como composición química, historia de sus descubrimientos o como se sintetiza artificialmente, nos centraremos (de forma ligera), en las interacciones que provoca según la acumulación que tengamos en la sangre.

En nuestro organismo siempre tenemos pequeñas cantidades de ácido láctico en la sangre que oscilan entre 4,5 a 19,8 mg/dl o como se suele usar en el mundo del deporte (0,5-2,2 mmol/L). (www.www.nlm.nih.gov). Cuando se activa el proceso de obtención de energía por medio de la glucólisis anaeróbica unos de sus resultados es la creación de ácido láctico. Esta molécula vuelve a ser absorbida por el organismo, principalmente por el hígado.

Cuando se inicia una actividad física y se activa la quema de glucosa, cada molécula de glucosa se convierte en dos de ácido pirúvico si los requerimientos energéticos son muy altos (intensidad alta del ejercicio) esta molécula pasa a la glucólisis anaeróbica y da como resultado ácido láctico, en cambio si tenemos poca exigencias puede pasar junto con el oxigeno al ciclo de Krebs donde es convertida en energía.


 En los ejercicios de baja intensidad.

Cuando iniciamos una actividad de baja intensidad, el organismo inicia la obtención de energía inmediatamente por el proceso láctico, pero en pocos segundos necesitara reponer las cantidades de ATP-PC acumuladas, inicialmente activa el sistema láctico que quemara la glucosa de forma anaeróbica y se inicia la acumulación de lactato en el organismo, si el ejercicio es de baja, el mismo organismo utiliza este lactato para crear nueva glucosas mediante la oxidación a piruvato luego se transforma a CO2 y H2O, y el lactato remanente es tomado por el hígado para formar glucosa que puede ser reconvertida a glucógeno o liberada en la sangre. La acumulación de lactato medida en sangre en ejercicio de baja intensidad estar por debajo de los 4 mMol/L , siendo la franja de 3 a 4 la mas usual. Este tipo de ejercicio de baja intensidad se denomina aeróbico ligero, aeróbico uno o resistencia de intensidad baja. Porx señala que la acumulación láctica hasta que se activa el proceso aeróbico, en trabajos de baja intensidad, puede llegar hasta los cinco o seis milimoles, bajando rápidamente esta cantidad hasta la anterior expuesta en poco segundos.


 En ejercicios de intensidad media

Cuando el ejercicio requiere de un suministro de energía alto, el sistema aeróbico necesita de la ayuda del sistema anaeróbico láctico para aportar la energía necesaria para mantener esa intensidad. La colaboración entre los dos sistemas provoca que el organismo no sea capaz de liberarse de todo el ácido láctico durante demasiado tiempo. Pero puede permanecer bajo el umbral de la perdida de equilibro entre la producción (Lp) y el catabolismo (Lc) durante bastante tiempo, autores afirman que un adulto entrenado hasta de una hora de duración.
En estos ejercicios de intensidad media, también llamados aeróbicos medios o aeróbico dos o umbral anaeróbico, la acumulación de lactato en sangre es de unos 2-4 mMol/L, siendo el objetivo de estos ejercicios permanecer en estas cifras durante su proceso.
En ejercicios de alta intensidad Cuando la intensidad es alta, el organismo necesita que gran parte de la energía se genere de forma rápida, para ello tira tanto del sistema anaeróbico láctico como del aeróbico, pero a diferencia de las intensidades medias, el aporte por la vía anaeróbica es más alto, por lo que el organismo poco a poco va aumentando la cantidad de lactato en el cuerpo. Hasta que los procesos que generan esta acumulación impiden continuar a esta intensidad. En un trabajo continuo, autores afirman, que alrededor los quince minutos de alta intensidad es el valor medio. Pero esta en función de las capacidades de catabolizar ese ácido láctico extra, y de la capacidad del deportista de aguantar ciertas acumulaciones.

 En ejercicios de muy alta intensidad

Cuando los requerimientos energéticos son muy altos, la única forma que tiene el organismo de suministrar rápidamente esa energía es por medio la glucólisis anaeróbica, siendo el porcentaje aeróbico mínimo. Por lo que prácticamente todo el ácido láctico es acumulado en el organismo. De seguir a esa intensidad en menos de dos minutos la acumulación láctica impedirá la continuación del ejercicio.
La fama del ácido láctico viene dada por que cuando la intensidad del ejercicio es tan alta que la mayor parte de la energía se obtiene por la vía anaeróbica láctica, el organismo no es capaz de utilizar este compuesto y lo acumula en los músculos y en la sangre. Si la intensidad se mantiene, la cantidad de lactato en la sangre llegara a extremos de cambiar el PH intracelular impidiendo el intercambio de iones y llegando a la fatiga muscular total. Impidiendo la continuación del ejercicio.

Cuando la intensidad es tan alta que no permite al organismo resintetizar esta molécula, se van produciendo cambios en el organismo, desde el inicio de la fatiga muscular, esta se nota en los músculos más grandes, pasando por una perdida de coordinación intermuscular e intramuscular.
 
 
 
Lejos quedaron los tiempos en los que se pensaba que las agujetas eran por culpa del ácido láctico. No obstante, esta sustancia resultante del metabolismo del azúcar es la responsable en gran parte de que en una sesión de ejercicio empecemos a acumular fatiga y acabemos por retirarnos.


El ácido láctico proviene de la descomposición de glucosa cuando no hay presente oxígeno (metabolismo glucolítico), es decir, en un ejercicio anaeróbico como sería el levantar pesas o correr a velocidad elevada, donde hay mucha intensidad y poca duración. En condiciones normales ese ácido láctico y cuando estamos entrenados se reutiliza y no hay mayor problema.

Pero cuando seguimos con intensidad un ejercicio, el ácido láctico comenzará a acumularse al no darle tiempo al organismo a retirarlo. Esto provoca la acidificación de fibras musculares, que tiene dos consecuencias importantes:


■Se inhiben las enzimas encargadas de romper la molécula de glucosa para obtener energía, por lo que se nos corta el grigo energético de esta vía y como sabemos, si no hay energía, no hay movimiento.


■Se impide que el calcio se una a las fibras musculares y consecuentemente se de la contracción.
Por tanto, cuando hay mucho ácido láctico en el cuerpo, no tenemos ni energía ni capacidad para contraer los músculos, esto no es otra cosa que fatiga y lo mejor que podemos hacer es parar el ejercicio o actividad.

 ¿Cómo podemos evitar el ácido láctico?



con entrenamiento, no hay más. A base de entrenar, el organismo despliega mecanismo adaptativos que hace que el ácido láctico no se acumule tan rápidamente y si comienza a hacerlo, el músculo lo soporte de forma más efectiva.



¿Que son las Agujetas?

Seguro que a todos más de una vez nos ha dado por hacer deporte después de estar un tiempo inactivos y al día siguiente hemos amanecido con dolores horribles que impiden movernos normalmente. Son las famosas agujetas o científicamente bautizadas como: dolor muscular de origen retardado (DOMS en inglés).


El mito de que las agujetas son cristales de ácido láctico que pinchan al músculo es erróneo, ya que se ha visto como en personas con la enfermedad de McArdle, incapaces de producir ácido láctico, también sufrían dolor muscular de origen retardado.

Los actuales estudios apuntan como principal causa a una reacción inflamatoria en respuesta a las microlesiones musculares y tendinosas que se producen al no estar el músculo adaptado a la intensidad del ejercicio. Es decir, el músculo hace un ejercicio de intensidad al que no está acostumbrado, se producen microlesiones musculares y tendinosas, lo que hace que se acumulen gran cantidad de metabolitos o desechos, que dan paso a una reacción inflamatoria e irritan las fibras nerviosas produciendo dolor.


 ¿Cómo tratar las agujetas?

El dar un vaso de agua con azúcar no sirve para nada, antes se hacía esto porque se pensaba que el agua con azúcar disolvía los cristales que teóricamente pinchaban y producían el dolor. Parece ser que lo más efectivo es el tratamiento con antiinflamatorios no esteroideos (Aines), cremas antiinflamatorias y crioterapia. También el realizar el mismo tipo de ejercicio aumenta el riego sanguíneo en la zona afectada, reduciendo los metabolitos y paliando en cierto grado el dolor.
Ya sabes, si hace tiempo que no estás activo y mañana quieres ponerte a entrenar, lo primero es realizar un buen calentamiento y empezar con poca intensidad. Si aún así al día siguiente tienes agujetas, tómate te recomendamos un antiinflamatorio para calmar el dolor y realiza el mismo ejercicio a poca intensidad para limpiar tus músculos.



Mitos y Verdades de las Aujetas

Un video muy completo sobre las agujetas, donde explica cómo se producen y cuál es la mejor manera de quitarlas. Las agujetas son un tema muy controvertido ya que hay muchos mitos en torno a ellas, en el video trata los principales y aclara qué son realmente las agujetas.
Lo del agua con azúcar o bicarbonato antes o después para prevenirlas o quitarlas es algo que ya debería de estar desmentido, no sirve para nada. Y lo de que las agujetas son pequeños cristales de ácido láctico también.




El dolor de las agujetas proviene de microroturas fibrilares en el músculo por no estar acostumbrado a la carga de trabajo a la que lo sometemos, y como todo en el cuerpo que se rompe, produce dolor. Una vez que aparecen lo mejor es ejercicio moderado para quitarlas y frío local para paliar el dolor.
Con este documento visual seguro que queda mucho más claro todo el tema de las agujetas, que tantos quebraderos de cabeza ha dado a fisiólogos, médicos y estudiosos del deporte en estos últimos años.



Actividad Física para acabar con las agujetas

Seguramente que todos nosotros hemos sufrido en más de una ocasión lo mal que se pasa cuando tenemos agujetas. El dolor que éstas nos producen es a veces tan fuerte que nos impide realzar nuestra vida con normalidad, pero en contra de lo que muchos creen, las agujetas se combaten con la actividad física.
Como hemos visto en anteriores ocasiones, las agujetas son el producto de infinidad de micro roturas musculares que se producen cuando entrenamos, éstas sueltan ácido láctico que acaba cristalizándose produciendo en nuestros músculos un efecto doloroso que es lo que conocemos como agujetas. En muchas ocasiones se ha recomendado que lo mejor para evitar el dolor sea descansar y dejar que los músculos se recuperen, pero podría haber otras maneras de conseguirlo.

Las agujetas se producen cuando sometemos a nuestros músculos a un entrenamiento intenso que está por encima de las posibilidades de estos. Este hecho es el causante de las micro roturas que producen las agujetas. Por este motivo la tendencia natural para acabar con las agujetas es dejar descansar el músculo para que se reponga del sobreesfuerzo realizado y esté listo para afrontar de nuevo los entrenamientos y la tensión del ejercicio.

Habitualmente la tónica para acabar con las agujetas era ésta, pero existen otras formas de ponerles fin, y es mediante la realización de más ejercicio. Es cierto que cuando sufrimos agujetas el músculo no está en condiciones de afrontar una tensión elevada ya que no va a responder adecuadamente. Pero es necesario que en estos momentos le dotemos de los nutrientes que necesita para poder reponerse del sobreesfuerzo y superar así las agujetas.
El ejercicio suave es una de las mejores maneras de poner fin a las agujetas. Es cierto que debemos hacer hincapié en lo ligero que debe ser el ejercicio cuando tenemos estas molestias pues los músculos no deben fatigarse en exceso, sino que simplemente el ejercicio nos va a servir para mantener el organismo activo y conseguir mejorar el riego sanguíneo a los músculos del cuerpo, que recibirán mucho más rápido los nutrientes que necesitan para recuperarse.

Por este motivo es muy recomendable llevar a cabo un ejercicio sencillo y poco agresivo si tenemos agujetas. Algunos de los más favorable es la carrera, la caminata, la bicicleta… Si por el contrario decidimos asistir al gimnasio a entrenar con peso debemos saber que no hay que someter a los músculos a un desgaste mayor del que ya tienen, pues de esta manera conseguiremos que se fatiguen y no crezcan como esperamos.

Es importante que sepamos que las agujetas no son un impedimento para seguir realizando actividad física, sino que simplemente es necesario que tengamos en cuenta la importancia de una recuperación rápida, y para ello es fundamental mantener el organismo activo mediante la actividad.

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