ULTRAMARATON Caballo Blanco. (CCUM14)
Previo o lo que es lo mismo... en que demonios me he metido.
Corre, corre, corre...
Previo o lo que es lo mismo... en que demonios me he metido.
Corre, corre, corre...
No sé
en que momento empecé a correr, o mejor dicho no se en que momento me enamore
de correr. Hace algunos meses estaba
embaucado en lo que sería mi primer medio Iron Man, dicho evento fue el Triatlón San Gil en San Juan del Río
Querétaro.
Mientras me preparaba para este evento, todos los entrenamientos eran duros y extenuantes pero había una disciplina que sin importar el dolor y el cansancio físico no me causaba mayor problema: Correr.
Mientras me preparaba para este evento, todos los entrenamientos eran duros y extenuantes pero había una disciplina que sin importar el dolor y el cansancio físico no me causaba mayor problema: Correr.
Así hice mi primer 70.3 sin haber siquiera corrido mas de 16
km antes y tengo que admitir que fuera del calor intenso y un adoquín mal
colocado los 21.3 kilómetros no representaron mayor problema.
Así después de este evento entre en una depresión deportiva
mala vibra. Levantarme temprano comenzó a darme mucha flojera, así como nadar…
y de la pedaleada ni se diga. Tener que cambiarme con un traje especifico y un
ajuar completo para cubrir x distancia en bicicleta pasó a ser muy complicado,
tedioso y enfadoso; por lo que cuando se llegó a hora de hacer e XTERRA de
Tapalpa, solo fui a dar vergüenzas. Creo y entendí que hay ocasiones que uno
debe decir “no”
Paso lo de Tapalpa y una crisis económica se sumó a toda la
bola de maleficios que trajo el Triatlón. Abandone todo. Puse en venta la bicicleta,
mis accesorios y me dedique solo a correr por el puro gusto de correr. Comencé
a correr con mi hijo, con la familia y salí a correr solo por que si, a
cualquier lugar, en cualquier momento, la distancia que fuera.
Poco después del evento de Tapalpa se vino un evento que
cambió la historia de mi apatía deportiva: La Chupinaya; pero mas que la
Chupinaya fue el hecho de que mis primos de México Enrique y Azucena Rivas
González vendrían a correr esta estupenda carrera.
Creo que en ese momento las ganas de volver a los arrancaderos regresaron a mi.
Llegó el día en que arribaron a Guadalajara y reviví esos momentos de emoción a través de ellos, el nervio las ganas de que se llegara el día, todo ese tiempo fue pura emotividad y sentí de nuevo ese deseo de volver a entrenar.
Posterior a eso hubo una carrera local que se sumo a esta motivación externa. El Cougar Trail Runn en el Bosque la Primavera, misma que corrí al lado de primer equipo: Anel y Anakin, con quienes disfruté mucho verlos debutar en una carrera y ver además como se divirtieron, sufrieron, gozaron y disfrutaron en la misma.
Luego se vino la triple corona del Skyrunning y una nueva oportunidad para revivir todos esos sentimientos que da una carrera. La completamos juntos los 3 y de qué manera. Enrique y Azucena; a quién tengo que dar mención honorifica por la manera en que lo hizo y todo al lado de su hijo Isaac, cumplieron deportiva y éticamente las 3 carreras que cabe mencionar son una verdadera salvajada.
Creo que en ese momento las ganas de volver a los arrancaderos regresaron a mi.
Llegó el día en que arribaron a Guadalajara y reviví esos momentos de emoción a través de ellos, el nervio las ganas de que se llegara el día, todo ese tiempo fue pura emotividad y sentí de nuevo ese deseo de volver a entrenar.
Posterior a eso hubo una carrera local que se sumo a esta motivación externa. El Cougar Trail Runn en el Bosque la Primavera, misma que corrí al lado de primer equipo: Anel y Anakin, con quienes disfruté mucho verlos debutar en una carrera y ver además como se divirtieron, sufrieron, gozaron y disfrutaron en la misma.
Luego se vino la triple corona del Skyrunning y una nueva oportunidad para revivir todos esos sentimientos que da una carrera. La completamos juntos los 3 y de qué manera. Enrique y Azucena; a quién tengo que dar mención honorifica por la manera en que lo hizo y todo al lado de su hijo Isaac, cumplieron deportiva y éticamente las 3 carreras que cabe mencionar son una verdadera salvajada.
No recuerdo la fecha exacta, pero sé que fue el lapso poco
antes de la triple corona y justo después de haber terminado de leer el libro
“nacidos para correr” que la curiosidad de un ultramaratón se me vino a la
cabeza. Todo esto estuvo influenciado al darme cuenta que un grupo numeroso de
Guadalajara estaría presente en el Ultramaratón de Caballo Blanco (si el
mencionado en el libro) y fue entonces que dije, si lo has de hacer, esta es
una buena oportunidad.
De esta manera y después de platicarlo con Fernando Chávez
alias el Cejon durante una corridita ligera en el metropolitano, donde saque
todas mis dudas hasta ese momento de mi cabeza (digo hasta ese momento porque
en el camino surgieron mil más) y fue así que me animé por completo a hacer mi
inscripción a este mítico evento.
Comencé la preparación desde 30km aeróbicos al lado de Adán Figueroa y Brenda Bricio ahí mismo en el parque metropolitano. Adán venía saliendo de una lesión y era una buena oportunidad de pegármele a un duro y experimentado atleta para realizar una preparación certera ya conciencia para poder cubrir la nada despreciable cantidad de 80 kilómetros por los escarbados senderos de las Barrancas del Cobre.
Comencé la preparación desde 30km aeróbicos al lado de Adán Figueroa y Brenda Bricio ahí mismo en el parque metropolitano. Adán venía saliendo de una lesión y era una buena oportunidad de pegármele a un duro y experimentado atleta para realizar una preparación certera ya conciencia para poder cubrir la nada despreciable cantidad de 80 kilómetros por los escarbados senderos de las Barrancas del Cobre.
Ya con el objetivo en mente inicio todo, la triple corona sirvió como una excelente preparación de montaña y mientras un Sábado me metía una buena cantidad de desnivel y kilómetros al lado de Adán, al siguiente fin de semana me llevaba a mi familia al parque Colomos para seguir compartiendo con ellos todo eso que se estaba formando en mí.
Vivía para los fines de semana, las semanas laborales
comenzaban a hacerse largas y tediosas, esperando con ansias el fin de semana
para una nueva paliza y porque no de pasada hasta una nueva ruta o sendero que
conocer al lado de grandes camaradas. El mes de Diciembre fue valioso y clave
en la formación de lo que hoy en día es mi estructura deportiva. El Skymarathon,
un viaje que hicimos en conjunto 15 corredores de Jalisco marco sin duda un
antes y un después de mi actitud deportiva. El convivio, el cobijo, el
ambiente, el apoyo, fueron parte de un viaje lleno de aprendizaje. A partir de
ahí amé más correr.
En el Triatlón todo era métodos, tiempos y movimientos,
frecuencias cardiacas, horarios, sesiones y muchas cosas que para no vivir de
ello empezaban a fastid de sobremanera. Pagar una alberca y no poder
asistir por mi trabajo o mis salidas, así como no poder hacer un kilometraje
pactado un día tal por otro tipo de cuestiones era frustrante. Además sin
generalizar me topé con mucha gente humillante, que por usar calas de MTB o una
bici antigua no les agradaba que te acoplaras a uno de sus entrenamientos de
distancia. Aún así hubo gente que siempre me tendió la mano y que les agradezco
mucho todo consejo que me dieron: Héctor Hectorbot, Manuel Castillo e Ironman Villa fueron algunos de
ellos con los que siempre estaré agradecido y con los que me gustaría algún día poder compartir los arrancaderos.
Sin embargo corriendo nunca me pasó eso, toda gente que me topaba en mi camino de inmediato hacia lo posible por hacer amistad, nadie voltio a criticarme mis tennis rotos, mi short de futbol o mi camisa playera. Quizá porque anduve con la gente indicada, con gente que no te voltea a ver hacia abajo más que para ayudarte a levantarte después de una estrepitosa caída en un sendero técnico. Gente que no le importaba si hacíamos 15 o 40 kilómetros al paso que fuese, si íbamos a 6:00 minutos el kilómetro bien, si íbamos a 8:00 x km también muy bien y si alcanzábamos los 4:00 x kilómetro pues todavía mejor.
Sin embargo corriendo nunca me pasó eso, toda gente que me topaba en mi camino de inmediato hacia lo posible por hacer amistad, nadie voltio a criticarme mis tennis rotos, mi short de futbol o mi camisa playera. Quizá porque anduve con la gente indicada, con gente que no te voltea a ver hacia abajo más que para ayudarte a levantarte después de una estrepitosa caída en un sendero técnico. Gente que no le importaba si hacíamos 15 o 40 kilómetros al paso que fuese, si íbamos a 6:00 minutos el kilómetro bien, si íbamos a 8:00 x km también muy bien y si alcanzábamos los 4:00 x kilómetro pues todavía mejor.
Me encontré con una sinergia más que excelente para cumplir
con el reto que se tiene en frente. Que no importa si corren recio o si van
arrastrando las piernas, si traen la ultima tecnología en mochilas de
hidratación o si traen el frutsi en la mochila de la escuela. Sí se juntan para
correr en conjunto lo hacen efectivamente así: en conjunto y además te motivan
a lo mejor de ti.
¿Qué tanto es mi apreciación y que tanto es la realidad? La respuesta es que: No lo sé.
Solo sé que estoy a 1 semanas de un gran reto; y mientras que para unos es un entrenamiento más, para otros es un ultra más, para unos cuantos serán solo 80km en vez de 150 para mí hoy en día es el reto más grande al que me haya enfrentado y está a la vuelta de la esquina.
¿Qué tanto es mi apreciación y que tanto es la realidad? La respuesta es que: No lo sé.
Solo sé que estoy a 1 semanas de un gran reto; y mientras que para unos es un entrenamiento más, para otros es un ultra más, para unos cuantos serán solo 80km en vez de 150 para mí hoy en día es el reto más grande al que me haya enfrentado y está a la vuelta de la esquina.
Ayer (23/02/14) cumplí 4 semanas sin correr por una lesión que se estuvo escondiendo y cambiando de lugar constantemente. 4 semanas de terapia con Lety; una gran amiga y fisioterapeuta que ha sido mi paño de lágrimas en este angustiante mes, 4 semanas de solo remar y hacer spinning hasta que por fin ayer pude correr una hora sin detenerme al lado de mi Anel, quién no ha dejado de intentar levantarme de esta depresión en la que caí.
Hoy veo con un poco más de claridad la luz a través de las barrancas y sé que llegaré en la mejor forma posible; porque a pesar de que no he entrenado fuerte este mes, que era en teoría el más importante en cuanto a las distancias, también estoy consciente de que un ultramaratón es más importante la mente que los kilómetros que le hayas metido en toda tu preparación. Será más importante comer a tiempo, hidratarse bien, dosificar el esfuerzo, trotar con técnica, que haberse metido 100 kilómetros un mes antes.
Estoy a solo 1 semanas de embarcarme con un grupo de 25 chiflados hacía Urique, Chihuahua, un pequeño pueblito de la cultura Raramuri que, hasta hace algunos meses estaba fuera de mi lista de los pueblos que me gustaría conocer y que gracias a la lectura de un libro, a un grupo de corredores todo terreno del estado, a una familia que me apoya en todas mis loqueras, a un trabajo que me da la oportunidad y a la vida que me deja seguir malgastando el tiempo; estoy más que ansioso por conocer.
No sé en qué momento empecé a correr, pero si se en que momento amé correr… eso sucedió un día cualquiera, de un tiempo cualquiera, en una ruta cualquiera, con un grupo de personas únicas, solidarias y excepcionales que aman de igual forma que yo correr…
Carlos Omar Ceja
-PANZER-
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